viernes, 19 de junio de 2015

Sin consentidos

> Por Biciman.©



No la veas. Hoy no la veas. Ni su frenillo entregado, ni su pómulo guerrero, ni muriendo intimada detrás de tus orejas. Inventá un cosmos donde lo hay, donde siempre hubo un agujero hasta que alguien lo tapó. No la escuches. Abrí las ventanas, el viento no nombra nada, es sólo aire que se mueve entre el mundo y vos. Y sigue, el aire sigue mojando y el sol sigue quemando porque jamás explotó. No la huelas, no te huelas. Si tu sexo tiene su olor es porque el amor no se lavó. El perfume se irá, todo químico pierde su esencia cuando cambia de condición. No la toques, no hagas de tu cama una montaña. Las sábanas no son fantasmas, debajo hay más sábanas y debajo el colchón. Y debajo el piso y debajo el cajón. O un sótano lleno de vinos para añejar el cajón. No le hables, por favor hoy no le hables. Tu vida está cansada de tus palabras que le hablan tan existencialmente a una vida que nunca existió.