sábado, 30 de junio de 2012

Pequeña muerte

> Por Eduardo Galeano.

No nos da risa el amor
cuando llega a lo más hondo de su viaje,
a lo más alto de su vuelo,
en lo más hondo, en lo más alto,
nos arranca gemidos y quejidos,
voces de dolor,
aunque sea jubiloso dolor,
lo que pensándolo bien nada tiene de raro,
porque nacer es una alegría que duele.
Pequeña muerte,
llaman en Francia a la culminación del abrazo,
que rompiéndonos nos junta
y perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman,
pero grande,
muy grande ha de ser,
si matándonos nos nace.